El uso de plantas macrófitas para estanques es una práctica cada día más aceptada con el objeto de actuar sobre la depuración de las aguas.
Las plantas macrófitas, popularmente conocidas en su mayoría como plantas acuáticas, son diversas especies de macro algas, briofitos, pteridofitos y angiospermas, adaptadas a crecer en medios húmedos o acuosos. Normalmente crecen ancladas al fondo, de forma total o parcialmente sumergidas e incluso, en algunas ocasiones… flotando de forma libre.
Existen viveros especializados en la producción de plantas macrófitas, empleadas tanto en restauración paisajística y jardinería como en la fitodepuración de aguas residuales, una práctica medioambiental de máximo interés.
Plantas macrófitas para estanques
Un ejemplo de estas plantas macrófitas para estánques son:
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- Typha (
espadañas
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- Phragmites australis (
carrizo
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- Iris pseudoacorus (
lirio amarillo
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- Scirpus holochoenus (
junco churrero
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- Scirpus lacustris (
junco de laguna
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- Juncus acutus (
junco redondo
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junco fino
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- Lythrum salicaria (
arroyuela
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- Carex riparia (
carex de las riberas
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Aunque en esta ocasión hablamos del uso de plantas macrófitas para estanques, su principal uso está indicado en el mercado de la fitodepuración. Mediante esta técnica, estas plantas translocan oxigeno desde la parte aérea hasta las raíces, favoreciendo el establecimiento de colonias de microorganismos que contribuyen a la eliminación de contaminantes así como su capacidad de absorción de nitrógeno, fósforo y metales pesados, contribuyendo de esta manera a la mejora de la calidad de las aguas.
Así, algunos usos industriales de las plantas macrófitas cultivadas proporcionan alimento tanto animal como humano, con especies tan importantes como el arroz, la producción de biomasa (pasta de celulosa, biocombustibles…), la depuración de aguas residuales, la fertilización y mejora de suelos, etc.
Las plantas macrófitas para estanques son muy interesantes para la restauración paisajística, donde no sólo son útiles por la mejora estética sino que favorecen el aumento de la biodiversidad al constituir zonas de refugio y anidamiento para la fauna contribuyendo a la mejora medioambiental de estos hábitats.
En el caso de grandes estanques o lagunas, las plantas macrófitas, además del propio suelo o maceteros especiales, pueden emplearse estructuradas sobre biorrollos orgánicos en los lugares donde la lámina de agua no es muy profunda o sobre colchones orgánicos flotantes donde la profundidad es mayor.